Friday, January 26, 2007

martes 5 de diciembre

El cine en Cuba es una fiesta. Cada año son múltiples los festivales dedicados a él en todo el país. Sin embargo el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano sobresale como el más importante por el arraigo que ha logrado en la población, tras 28 ediciones del mismo.
Afortunadamente este gran acontecimiento ha salido de los predios de la capital y recorre las salas oscuras de todo el país. Este año, por ejemplo, los holguineros tendremos la posibilidad de disfrutar de 11 películas de las participantes; una pequeñita muestra si comparamos con las que se podrán ver en la Habana, pero que por la diversidad en la selección tanto de los países como de las temáticas, nos permitirán percibir el espíritu de esta celebración del séptimo arte.
Las manos, largometraje ganador del Colón de Plata al mejor director (Alejandro Doria) y el Colón de Oro del público en el Festival de Huelva, fue la que dio inicio a la exhibición en el cine Martí de la ciudad de Holguín.
Sin ser crítica de cine, ni pretenderlo, creo que es esta una propuesta que queda en la memoria más por la capacidad de conmover al público, que por sus valores formales; aunque también los tiene. A veces los realizadores se valen de fórmulas muy a lo Hollywood, pero igual resultan convincentes gracias a las actuaciones de sus protagonistas, Jorge Marrale en el papel del Padre Mario, y Graciela Borges como su ayudante, Perla.
La película cuenta la historia del Padre Mario Pantaleo, un sacerdote italiano que vive en Argentina y tiene el don de curar a las personas por la imposición de las manos. A partir de ese momento nada será fácil para él, pues deberá luchar contra la jerarquía católica, el gobierno y por si fuera poco, la policía, para poder continuar con su obra.
En lo personal el filme me hizo remontarme a quienes han sido capaces de olvidarse de sí mismos para entregarse a los demás y sevirlos. Ama a tu prójimo como a ti mismo, dice la Biblia y lamentablemente vivimos tiempos en los que cada vez menos presonas cumplen con ese mandamiento y, los que lo hacen, no siempre reciben el agradecimiento de los demás, ni siquiera la aprobación.
Mensaje de amor el de esta película argentina que sin dudas nos convierte, al salir del cine, en mejores seres humanos.

Thursday, January 25, 2007

lunes 4 de diciembre

Cuántos seres fantásticos habitan la cabeza de un creador. Nadie puede saberlo exactamente. Ni ellos mismos conocen a todos los que se han hecho un espacio en su interior y han construido su propio universo. Lo pueblan a cada segundo y con cada suceso que ocurre en la vida del hombre llega el aliento a una nueva criatura que puede batir alas o simplemente componerse de pedazos de rostros.
Holguín es la ciudad de los seres fantásticos. Las galerías de arte de la ciudad acogen a menudo exposiciones de artistas plásticos cuyo mundo creativo está lleno de seres desconocidos extrañamente familiares. Y es que en cada uno de nosotros hay imágenes como salidas de un sueño, invenciones que hacemos a partir de lo cotidiano, de los estados de ánimo, de lo que pensamos debería ser y no es.
Pintores como Julio César Rodríguez, Yosvani Caisés, Víctor Manuel Velázquez, Julio C. Báster, entre los más jóvenes y Cosme Proenza entre los consagrados; han enriquecido este mundo de fabulaciones y personajes mitológicos, religiosos, de cuentos de hada o, por qué no, películas de horror. Estremecen los trazos que surgen de la mano de ellos, pues tienen el mágico poder de trasladarnos siempre a algún lugar de nuestros recuerdos o nuestra imaginación.
No soy una experta en arte, pero me atrevería a decir que hay toda una generación de pintores holguineros que crea bajo el influjo de la obra de Cosme. No se trata de imitar. Proenza abrió la puerta a ese otro mundo, dejó entrar a los habitantes de su cabeza vestidos de verdes y azules, con trajes de plumas y sin rostros; y luego otros descubrieron el camino hacia su propio microcosmos. Una suerte para quienes no podemos deshacernos de los nuestros y sentimos el alivio al contemplar las pinceladas de color.

Ojos de tierra y mar

En el corazón de una isla y sus pobladores está siempre el mar. Sin embargo en Holguín, como en buena parte del país, quienes más cerca viven del mar han hecho de este no solo el sustento de sus vidas o el sitio ideal para la inspiración y el romance. Entre ellos y el gran azul existe desde hace un tiempo una relación especial, porque del mar pueden venir también peligros, o puede arrebatar las vidas a quienes se arriesgan tras los cantos de las sirenas.
En el municipio Gibara son muchos los hombres y mujeres que están integrados a los Destacamentos Mirando al Mar. Ya no son los inexpertos que en una ocasión cometieron el error de preparar refresco con el polvito de los sobres de Cocacola que flotaban sobre las aguas, (suerte que lo tomara primero el perro); ahora son hombres y mujeres, de diversas edades, que conocen bien cómo actuar en cada caso y que no se dejan amedrentar por las dificultades.
En la playa de Caletones laboran dos de estos destacamentos. Reúnen entre 25 y 28 integrantes, y en cada uno de ellos hay una anécdota, una historia que compartir.
Al principio, quizás por la modestia o las reservas normales frente a personas extrañas, el diálogo fue más bien una serie de palabras entrecortadas. Después y casi a medida que calentaba el sol de la mañana, pudimos acercarnos al mundo de este grupo de personas.
“Realizamos el enfrentamiento a la droga y salidas ilegales del país, y estamos atentos a personajes desconocidos que aparezcan por el barrio- explica Maira Reyes, jefa del destacamento uno. Nuestra principal misión es dar información, avisar al puesto de guardafronteras ante cualquier situación extraña que se presente. Para eso tenemos establecido un plan de guardia, por si hay que dar una movilización en un momento determinado, o para lo que se necesite. Así trabajamos, lo fundamental es la vigilancia en el barrio.”
Caletones es una zona de playa, de la que además son muy conocidos sus estanques naturales, comúnmente llamados pozas; por lo que en el verano es normal el ir y venir de gente en busca del difrute y también de oportunidades...
“El período de vacaciones es el más difícil para nosotros, porque hay mucha gente desconocida que viene y se queda por varios días en casas de amistades o cosas por el estilo–cuenta Irma Pérez-. No hace tanto vivimos una de esas experiencias. Detectamos una familia que no se iba al finalizar agosto y tenían tres niños, dos de ellas ya debían ir a la escuela. Fuimos a verlos preocupados por la situación de las pequeñas, resultaba significativo que los padres no se hubiesen decidido a regresar a sus casas a pesar de que las niñas estaban perdiendo clases. Nos dieron varias excusas sin mucho sentido, pero no resistieron después de la tercera vez que fuimos a verlos y se marcharon. Ya nosotros habíamos dado parte a guardafronteras, porque casi siempre esas situaciones terminan en salidas ilegales.”
“En otra ocasión- se anima Rafael Reyes- había dos compañeros que resultaban sospechosos por su aspecto y la forma de conducirse. Aquí todos se conocen y siempre alguien nuevo llama la atención. No les perdimos ni pie ni pisada, lo informamos y el resultado final fue que los dos individuos eran prófugos de la justicia de Boyeros. Por supuesto los cogieron”.
Experiencias les sobran para compartir. De hecho desde 1994 no ha habido una salida ilegal por ese sitio, para lo cual ha sido determinante la cooperación entre todos los destacamentos de la zona.
Sobre esto señala el Coordinador de vigilancia del municipio: “No solo hay que resaltar el trabajo que aquí se realiza, sino los de otros lugares que están a siete u ocho kilómetros, en Uverito y Juan Antonio, donde no hay comunicación. Ellos tienen un sistema de mensajeros y hasta en horas de la madrugada, en bicicleta, han venido a informar al puesto de guardafronteras”.
Varios son los estímulos y reconocimientos que han recibido los miembros de los destacamentos de Caletones, entre ellos el haberse convertido en el primero abanderado 6to Congreso de los CDR en el país. Sin embargo nada es comparable con la tranquilidad de saber que la droga no estará cerca de sus hijos, pues se mantienen vigilantes para que eso no ocurra y además preparan a los pequeños.
“Los niños – dice Yaquelín Campaña- conocen mucho de nuestra labor y, por ejemplo, no recogen nada de la playa que les resulte sospechoso, primero llaman a un adulto. En la escuela está creado un círculo de interés que nos permite prepararlos en estos asuntos. Por eso tenemos buenos resultados, porque el destacamento se puede decir que lo integran todos los miembros de la comunidad, incluso quienes no pertenecen, porque colaboran”.
“Nosotros pensamos que la lucha contra la droga no es solo estar atentos a los posibles recalos o movimientos extraños y que se lleve gente a la prisión; sino que lo más importante es prevenir- agrega Xiomara Palomino-. Trabajamos con las familias de aquellos que han incurrido en ese delito, se les da apoyo y una vez que estas personas cumplen sus sanciones, los tratamos de reincorporar a la sociedad”.
“Esta es una comunidad aguerrida”, dice alguien y no nos caben dudas; por eso les preocupa tanto que haya decaído un poco la preparación que reciben. Quieren hacer su labor muy bien.
¿Nunca los han tratado de comprar? Preguntamos, y la respuesta no se hace esperar.
“Qué va- y sonríe casi divertida Irma-. Nadie nunca se ha atrevido a hacer eso. Contamos con el apoyo del pueblo. La gente colabora, nos dicen si ven algo extraño. Aquí todo el mundo sabe que lo que hacemos es para el bien de todos”.

Y se abrió el telón.

Los tambores despiertan el solar. Andoba está por salir de la cárcel. Los tambores también despiertan las calles de Antilla y congregan a los curiosos en la Casa de la Cultura, donde hay un solar al que Andoba está a punto de llegar.
Hay que hacer silencio. Alfredo Herrera, el instructor de arte que dirige el montaje de la obra, es muy exigente; precisamente esa exigencia y entrega han hecho posible el éxito de estos actores tan singulares.
“La idea de crear el grupo- dice Alfredo- surgió en mis prácticas laborales, junto a Rosa Espinosa que era la presidenta de la Asociación Cubana de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM) en ese momento en el municipio. Queríamos integrar a los actores de Retorno a las Tablas, el grupo de la ACLIFIM, con el nuestro, Renacer. Decidimos adoptar los dos nombres, porque de algún modo este retorno a las tablas ha sido un renacer para muchos.”
Raúl Consuegra, actor del grupo y vicepresidente de educación- cultura de la ACLIFIM en Antilla agregó que “este proyecto ha permitido la incorporación de los discapacitados a la sociedad, una de las prioridades de nuestra revolución. Estamos agradecidos por esta oportunidad de hacer algo que nos gusta. Por otro lado no podemos olvidar que la ACLIFIM en Antilla ha tenido un trabajo sostenido en el teatro, que ha dado premios y experiencias a nuestros actores.”
48 son los histriones que conforman esta tropa, entre niños, jóvenes y adultos mayores. “Al inicio –comenta Alfredo- eran solo instructores de arte, luego se nos unieron otros muchachos y personas de la comunidad. Creo que hemos contribuido a incrementar el interés de los pobladores por el arte y eso nos alegra muchísimo. Nos ha servido incluso para fomentar la reincorporación al estudio, o al trabajo, de los interesados en pertenecer al grupo. Aquí hay actores a los que se les exigió estudiar para que continuaran con nosotros, hay que ganárselo.”
Andoba, del dramaturgo cubano Abraham Rodríguez, fue la obra escogida para el comienzo del repertorio de estos teatreros, quienes a pesar del rigor de la puesta en escena y de la formación autodidacta de casi todos los integrantes; supieron asumirla con dignidad.
“Andoba ya fue estrenada en Holguín, Gibara y Antilla. También la filmamos en uno de los solares del municipio. Y la volvimos a presentar durante la Jornada por el día de la cultura nacional, con bastante aceptación del público”- apunta Herrera.
Otro toque de tambor anuncia un cambio de acto, esta vez en nuestra conversación. “Una película hecha en Antilla.”
Así se refieren algunos pobladores al estreno que exhibió la sala de cine de esa localidad durante los tres primeros días del mes de septiembre. Y en realidad no se trata de una película, sino de un teleplay, El lado oculto de la vida, realizado por los miembros del grupo Retorno...
“El guión se hizo basado en una idea mía- cuenta Alfredo- pero es también una creación colectiva. Relata la historia de Manolo, un hombre que debe enfrentarse a las adversidades de la vida y que no siempre lo hace de la mejor manera. El público llenó el cine los tres días, por lo que nos sentimos satisfechos.”
Experimentación bien pudiera ser la palabra que defina el quehacer de todas estas personas, o tal vez no; muchas otras palabras convendrían mejor al empeño que han puesto en derribar las barreras impuestas por las carencias y la falta de creatividad.
“Ninguno de los participantes, tanto en la parte de producción, fotografía, dirección y actores, son profesionales. Todos son improvisados. Los maquillistas, asistentes, escenógrafos; todos tuvieron que estudiar mucho para poder hacerlo.
“Hemos tenido que tocar muchas puertas. Los recursos los pusimos nosotros mismos. El pueblo en general nos ayudó en todo, por amor al municipio. Nos prestaron sus casas e incluso nos daban merienda. También contamos con el apoyo del director del Sectorial de Cultura, Carlos Rivero y, gracias a la aceptación que tuvo el resultado final, la Secretaria del Partido nos ofreció apoyo para próximos proyectos.”
Se espera que El lado oculto… participe en la próxima edición del Festival de Cine Pobre de Gibara. Pero este no es el único proyecto que tienen; en el futuro, además de seguir montando obras de teatro para el público antillano, pretenden realizar su segundo teleplay.
“Esto no tiene para cuándo acabar- dice Alfredo. Nunca hemos perdido la esperanza, ni las ganas de seguir adelante.”

martes 17 de octubre

América ama a Holguín. Viene a esta ciudad cada año a pasar unas vacaciones que no sabemos si son de primavera u otoño, pero que llenan el aire con el olor del mar y los tiempos más remotos.
Es divertido, porque también España y Portugal vienen. América creció a la sombra de ellas y ahora que ya es una mujer y toma sus propias decisiones disfruta mostrando sus galas indias, negras, mestizas; dejándose contagiar con ritmos gitanos, poetas gallegos y la cadencia portuguesa al hablar.
Octubre se vuelve cómplice de los versos que se escapan y juegan en el parque a la rueda con las notas musicales de tantos instrumentos; de los señores serios que nos cuentan de cómo América creció, o de cómo España se ha ido poniendo un tanto viejita. No faltan las travesuras de los duendes que salen de todas partes, no importa si es un tejido, una pintura o la bisutería de alguna mujer de cara redonda y trigueña; Holguín está a merced de la magia de un encuentro que se produce para que la ciudad ame mucho más a una América que es cada día más hermosa y rebelde.
Y la ciudad la ama sin dudas. La recibe siempre engalanada. Yergue el pecho porque siente orgullo de que tan hermosas mujeres hagan de ella una fiesta. Y la ciudad canta, y la música es como el sonido de los ríos que brotan en el corazón de la América que viene a la ciudad, a pasar sus vacaciones, como cada año.

viernes 6 de octubre

No existen las fechas. Hay dolores que no pasan nunca y por tanto no entienden de días, o meses o años. Dolores y golpes como del odio de Dios diría el peruano César Vallejo, los cubanos sabemos que se trata del odio de los hombres.

Y a pesar del dolor no odiamos, ni pedimos venganza. No hay venganza que pueda regresar de la muerte a los hijos de las madres, a los amantes, a los padres que se fueron sin poder dar el abrazo a sus pequeños, o a los hermanos y los amigos. Solo el amor y el recuerdo los traen de vuelta, por un segundo, como en un sueño.

En nosotros vive el deseo de que acabe ese odio. Porque la misma miseria humana que hace a algunos limitar los medicamentos y la comida para sus semejantes, fue la que hizo que explotaran los aviones. Qué importa si estallaron sobre el mar, como en Barbados, o sobre un edificio lleno de gente, como en New York. Da igual, porque es el odio el que sirve de coraza protectora a los verdaderos culpables, el odio y la ambición y el egoísmo.

No existen las fechas. Para quienes sentimos como en carne propia las lágrimas que aún se derraman, cada día es recordatorio; cada día es la esperanza de que, finalmente, vuelva a reinar el amor.

lunes 2 de octubre

Llueve sobre la ciudad de Holguín y pareciera que se lava el cansancio de tantos días de esfuerzo.
No hay nada como la lluvia para una ciudad que ha padecido la sed.
A pesar de todo las calles no están quietas. Se sienten sobre ella los pasos de aquellos que esperan, de los que aguardan tras las paredes el momento de salir a buscar nuevas historias, a revivir algunas viejas, o simplemente a continuar escribiendo aquella cotidiana de la que son parte.
La ciudad no está tranquila. Y en un lugar de su geografía algunos personajes de ropas negras intentan confundirse con los vampiros, consiguen un lugar para reunirse con otros personajes de aretes y huecos en todo el cuerpo. Elevan al infinito su voz para que los demás escuchen, que sepan que existen y comparten la misma ciudad, en la que hoy llueve.