Monday, June 01, 2009

1 de junio

Tenía nueve años cuando empezó a trabajar. Salía de Bayamo en la mañana y se iba hacia las primeras lomas que anunciaban la Sierra Maestra, iba a buscar frutas para vender en la ciudad y así ganar unos kilos para contribuir a alimentar a la numerosa familia, eran trece hermanos y solo cuatro eran varones.
Me contó de las veces en que pasó el día con solo un pedazo de boniato y otro de queso y de lo mucho que tuvo que trabajar para hacer que su familia, la que fundó más tarde, no pasara necesidades. Se llamaba Luis, y para él el trabajo era una religión, no había nada más sagrado, lo aprendió en una niñez de pocos juegos y estudios hasta el tercer grado.
María, sin embargo, fue una niña traviesa. Le hacía bromas a su hermano mayor y luego corría por toda la casa cuando él trataba de desquitarse. En la escuela era diferente, allí no había nadie más aplicado.
Los recuerdos que más saborea de su infancia son aquellos en los que están sus padres, porque de ellos aprendió la importancia de ser honrada, de trabajar y hacer bien a los demás. Cuando le pregunto por esa época me cuenta que en el barrio todos admiraban a su familia, no solo por su casa, la mejor de la cuadra porque estaba hecha de mampostería en un barrio donde eso no abundaba; sino porque todos se querían y ayudaban mucho.
Bayamo era por entonces un pequeño pueblo donde apenas quedaba el esplendor de otras épocas y su barrio un sitio donde no había muchas condiciones de vida. Allí no vivía nadie importante, solo obreros de la fábrica Nestlé y personas muy pobres. Ellos mismos no eran ricos, vivían del esfuerzo que hacían sus padres y les iba mejor porque cuando ella tenía seis años había triunfado la Revolución y entonces no tenían que guardar dinero para el médico o la escuela.
El papá de María era repartidor de viandas, verduras y carbón, pero hacía cualquier oficio que le permitiera mantener a su familia. Sus esfuerzos y la nueva sociedad permitieron que sus hijos tuvieran oportunidades diferentes. Luis, aquel niño que a los nueve años viajaba a la Sierra buscando frutas, el papá de María, la vio convertirse en maestra, graduada en una universidad pedagógica, y así cada uno de sus hijos: secretaria, contador, médico.
Karina nació en una ciudad rusa. En el ‘84 se llamaba Kalinin y pertenecía a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviética. Su papá había ido a estudiar a ese país y luego su mamá y su hermano se reunieron allí con él. A los seis meses ya estaba en Cuba y a los seis años esa misma Cuba era diferente. Los juguetes se fueron tornando más escasos y en su televisor ruso en colores solo veía dibujos animados en los pocos momentos en que había electricidad. Sin embargo fue una niña feliz, lo digo con propiedad. No fueron tiempos fáciles, eso lo sé bien ahora. Hacían falta muchas cosas, pero yo siempre tuve lo esencial, lo más importante y no solo gracias a mi familia, sino también en buena medida a que he vivido en la Cuba que cambió la vida de esos otros niños que conocí, porque fueron quienes me dieron esa infancia maravillosa que ahora recuerdo.
Mi abuelo no hablaba mucho de sí mismo, pero hoy cuando hay tantas personas que tratan de desacreditar el valor que tienen los niños en nuestra sociedad, tengo que recordarlo. Apuntaba los gastos de la casa en una hoja de papel y si yo estaba mirando sus letras un tanto ininteligibles, siempre me decía como disculpándose, que él no había podido ir mucho a la escuela y me hablaba del boniato y el queso para el día entero. Creo que por eso estaba tan orgulloso de mi mamá, porque le recordaba que sus hijos habían tenido mejor suerte y que sus sacrificios no habían sido en vano. Creo que por eso me miraba y los ojos se le llenaban de luz, porque también para mí las cosas serían mejores.

Friday, January 23, 2009

Los doce trabajos de Obama

No creo que haya sido yo la primera en pensarlo, en realidad de algún modo todos los que nos preocupamos por el mañana hemos pensado en la titánica faena que tiene por delante el presidente número 44 de los Estados Unidos, Barack Obama, quien tomó posesión de su cargo en la Casa Blanca el pasado martes.

El propio presidente lo reconocía en su discurso frente a la nación: “Es bien sabido que estamos en medio de una crisis. Nuestro país está en guerra (…). Nuestra economía se ha debilitado enormemente, como consecuencia de la codicia y la irresponsabilidad de algunos, pero también por nuestra incapacidad colectiva de tomar decisiones difíciles y preparar a la nación para una nueva era. Se han perdido casas; se han eliminado empleos; se han cerrado empresas. Nuestra sanidad es muy cara; nuestras escuelas tienen demasiados fallos; y cada día trae nuevas pruebas de que nuestros usos de la energía fortalecen a nuestros adversarios y ponen en peligro el planeta”.

Tales son los retos, y por la importancia innegable que tiene esa nación norteamericana para la humanidad, es que el desempeño de este hombre de 47 años es seguido por las miradas atentas de millones de personas en el planeta. Las expectativas en su propio país son extremadamente altas. Obama llega a la Oficina Oval respaldado por el índice de popularidad más alto de la historia de esa nación en el inicio de un mandato, el 78 por ciento. Se calcula que más de dos millones de personas se trasladaron hasta Washington a pesar de las bajas temperaturas, para asistir a lo que consideraban un “momento histórico”, “el cumplimiento del sueño de Martin Luther King”.
Pero a pesar de todas las esperanzas de cambio sembradas durante la campaña electoral y ratificadas por su primer discurso como mandatario, está por verse hasta dónde será posible la materialización de sus planteamientos. El propio Obama advirtió que el camino a la solución de los problemas no será fácil, que será preciso mucho trabajo de todos, grandes transformaciones y la recuperación de viejos valores sepultados por la filosofía de la opulencia y el todo vale. Entramos, dijo, en "una nueva era de responsabilidad" en la que cada ciudadano debe aportar su esfuerzo al bien del país y de la humanidad. “… los desafíos que tenemos por delante son reales, son serios y son muchos. No podremos resolverlos ni fácilmente ni en un corto periodo de tiempo".

Por lo pronto en su primer día como presidente de EE UU ordenó la congelación de salarios de los altos cargos de su Gobierno, aquellos que devengan más de 100.000 dólares anuales; indicó una revisión de la actividad de los grupos de presión, por lo que a partir de ahora estos no podrán ocupar puestos en el Gobierno relacionados con áreas que ellos hayan representado durante los últimos dos años, y también exigirá que todos los organismos gubernamentales vean las peticiones de información que se les presenten bajo la Ley de Libertad de Información, para, según expresó, hacer más transparente su mandato.
No obstante, lo más significativo de su gestión apenas iniciada, ha sido la firma de un documento con el propósito de clausurar, en el transcurso de un año, la cárcel establecida en la base naval de Guantánamo. Primero suspendió durante 120 días todos los casos judiciales pendientes y luego decidió cerrar este conocido centro de torturas por el que han pasado más de 700 detenidos y donde permanecen, actualmente, 245 reclusos.
El mundo entero celebró esta decisión, y el 53 por ciento de los norteamericanos la respaldan, sin embargo comenzaron a aparecer las fuerzas retrógradas con las que también hay que contar. El líder republicano en la Cámara de Representantes, John Boehner, manifestó su desacuerdo con la intención del jefe de Estado.

Está claro que con el transcurso del tiempo Obama encontrará mayores tropiezos, si en realidad se propone cumplir todas las promesas realizadas, pues no se trata únicamente de la profunda crisis económica y las dos guerras, está además el limitado sistema de salud para una población que supera los 300 millones de personas, el prolongado dilema migratorio con más de 12 millones de indocumentados, un problema que ha crecido en un 40 por ciento desde el año 2000. Unos 12 millones de estadounidenses no tienen ocupación, sin incluir a quienes solo tienen trabajos temporales o a los que comienzan en la vida laboral, es la cifra más alta en 16 años. A ello se suma que 75 millones no tienen plan de jubilación.

Por otro lado limpiar la imagen de EEUU se presenta más complicado que la hercúlea tarea de limpiar los establos de Augías. Desde su discurso inicial da pasos para ello, en el mismo hizo un llamado a las naciones poderosas a no seguir dando la espalda a los países pobres, coincidiendo con una petición que le hiciera llegar ese día el papa Benedicto XVI. Pero como reza un viejo refrán del dicho al hecho… y cuando se trata de dinero habrá que ver qué dicen los verdaderos gobernantes del sistema.

En sus palabras aseguró también que "Estados Unidos es un amigo de cada nación y de cada hombre, mujer y niño que busca un futuro de paz y dignidad". "Comprendemos", dijo, "que nuestro poder por sí solo no puede protegernos ni nos da el derecho a actuar como nos dé la gana". Sin embargo son conocidas sus hostiles referencias al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela y también su anunciada estrategia militar para la cual ya se reunió con el secretario de Defensa, Robert Gates, el jefe del Estado Mayor Conjunto, almirante Mike Mullen, el comandante del Comando Central, general David Petraeus y mediante videoconferencia con el jefe de las tropas del Pentágono en Iraq, general Ray Odierno, y su homólogo en Afganistán, general David McKiernan.
Obama ha planteado que retirará responsablemente las tropas de Iraq, pero al mismo tiempo planea incrementar de 30 mil a 60 mil los soldados norteamericanos en Afganistán y aumentar los bombardeos misilísticos de EEUU en la frontera con Pakistán. Casi de manera simbólica mientras juraba en Washington como 44º presidente de los Estados Unidos, en el valle afgano de Tagab, 50 km. al norte de Kabul, veinticinco civiles morían bajo las bombas lanzadas por cazabombarderos estadounidenses y en la frontera afgana, sesenta presuntos talibanes resultaban muertos en una ofensiva terrestre y aérea masiva de las fuerzas armadas pakistaníes. Soldados de Islamabad prendieron fuego a una treinta casas de civiles "simpatizantes" de la guerrilla para arrasarlas después.
Estas decisiones ya han despertado las primeras contradicciones, pues Rusia ratificó el jueves la negativa a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a Estados Unidos para trasladar cargamentos militares hacia Afganistán por su territorio, afirmó el general de Ejército Alexei Maslov.

Sin dudas es una rara manera de concebir la paz y el respeto por los otros la que tiene la nación más poderosa del mundo.

Es bien interesante el análisis que hace el periodista de Página 12 Atilio Borón, sobre la “nueva era” abierta con el acceso de Barack Obama a la Casa Blanca. Atilio plantea una serie de interrogantes que no pueden ignorarse: “¿Cambio, designando como jefe de su Consejo de Asesores Económicos a Lawrence Summers, ex secretario del Tesoro de Bill Clinton y artífice de la inaudita desregulación financiera de los noventa causante de la crisis actual? ¿Cambio, ratificando al secretario de Defensa designado por George W. Bush, Robert Gates, para conducir la “guerra contra el terrorismo” por ahora escenificada en Irak y Afganistán? ¿Cambio, con personajes como el propio Gates, o Hillary Clinton, que apoyaron sin ambages la reactivación de la Cuarta Flota destinada a disuadir a los pueblos latinoamericanos y caribeños de antagonizar los intereses y los deseos del imperio?

Coincido en que no podemos dejarnos arrastrar por el exceso de entusiasmo basados solo en las promesas realizadas hasta ahora y en un discurso que analizado a fondo resulta algo contradictorio en algunos puntos. Al igual que Fidel Castro no tengo razones para dudar de la honestidad de Obama, pero tampoco podemos desconocer los compromisos que se crean en campañas electorales tan millonarias y sobre todo la advertencia que nos hacía el Comandante en sus últimas Reflexiones: “cómo podría un sistema despilfarrador y consumista por excelencia preservar el medio ambiente”. “¿Qué hará pronto cuando el inmenso poder que ha tomado en sus manos sea absolutamente inútil para superar las insolubles contradicciones antagónicas del sistema?”

Son más de doce trabajos los que tiene por delante el presidente de Estados Unidos y ciertamente, Obama no es Hércules.

Wednesday, November 05, 2008

viernes 3 de octubre

Revisando el correo, encubierto entre varios mensajes de lectores de nuestro sitio web y trabajos sugeridos por nuestro director, encontré un reenvío hecho por un amigo que difundía las acciones del Programa Integral para la Recuperación de la ciudad de Gibara y de apoyo a los damnificados, organizado por la ONG OIKOS, de Portugal.
Me sorprendió y hasta me reí un poco, porque yo misma no estoy en condiciones de donar mucho más de lo que ya entregué en la “valija” que preparamos en el Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Sin embargo me puso a pensar en todo lo que podemos hacer, cada quien en su sitio.

OIKOS es una de las organizaciones que auspicia el Festival de Cine Pobre que se desarrolla cada año en la holguinera Villa Blanca, ahora devastada por el paso del huracán Ike. En el propósito de devolver el esplendor a la sede de este evento, han hecho circular este mensaje en el que dan a conocer el monto de las afectaciones a ese territorio y las formas de contribuir a su recuperación, ya sea a través de donativos monetarios o en especie.

Pero no son los únicos conmovidos por la belleza de Gibara ultrajada por la misma naturaleza que le concedió sus encantos. Hasta aquí han llegado también artistas como Jorge Perugorría, empeñado en reconstruir esta ciudad de ensueños gracias al arte. Esa es la idea que motiva la apertura en la galería Lam, de México, de una expoventa de pinturas que inaugurará el sitio digital www.arteporcuba.com, mediante el cual plásticos del orbe también podrán contribuir donando sus obras.

Al llamado han respondido hasta el momento más de 60 artistas de Estados Unidos, El Salvador, España, México, y Venezuela, quienes, afirma Perugorría, acogieron con entusiasmo el proyecto.

Stefan Krenn, actual Presidente de Buena Vista Solidaridad con Cuba, en Austria, es otro amigo que ha encontrado la manera de ayudar. Estuvo aquí, pero allá organiza los preparativos de dos contenedores con artículos para hospitales, ropas, zapatos y comida para niños.

Pero de otro lado, hay en el mundo quienes minimizan lo sucedido en nuestro país. Lo peor, hay quienes dentro del archipiélago olvidan que el paso de Ike nos dejó como huérfanos. Cada quien hundido en su propia Isla, varado en un mar de problemas con sabor a viviendas destruidas y escasez de todo tipo. Supongo que así se sintieron pineros y pinareños cuando vieron los destrozos provocados por Gustav. Huérfanos de Dios, porque quién más con el poder de mandarnos estas tormentas.

Los holguineros no teníamos esa experiencia y el golpe, por tanto, fue duro dos veces. No se trata de falta de fe, o mejor, falta de confianza en el sistema y el gobierno que hemos elegido y que ha demostrado con creces, en varias ocasiones, no dejar desamparado a nadie. Se trata simplemente de ese sentimiento de pérdida, inevitable para quien en unas horas ve destruido un mundo de recuerdos y aquello por lo que tanto ha trabajado.

Tras las muchas imágenes de viviendas reducidas a escombros y de árboles arrasados por los vientos, hay un dolor infinito que no es posible describir con palabras. Un sufrimiento que ha sensibilizado a quienes brindan su apoyo de muchas maneras, pero no es la única razón. La actitud de Cuba ante situaciones semejantes en otros países, ha sido lo más decisivo.

Como en otros momentos lo hicimos nosotros, hoy se recolecta ayuda para los damnificados, en varias ciudades de España. Se preparan actividades culturales dirigidas a recaudar fondos para enviar a los cubanos, como las convocadas por el Foro Solidario con Cuba, en Salamanca.

Podríamos mencionar además, los donativos de las hermanas Islas del Caribe y los gobiernos africanos como el de Malí, que recientemente entregó 30 mil millones de francos de la comunidad africana, equivalente a unos 45 mil euros.

La solidaridad ha hablado todos los idiomas, ha adoptado todas las formas y ha recorrido todas las distancias. Incluso distancias dentro de nuestro país, porque somos más los que sentimos como propio el dolor ajeno, que los que olvidan bajo la tranquilidad de su hogar resguardado, la pena de quien mira con temor la nube que se acerca.

Somos más los que vemos esos gestos y recordamos que son posibles porque Cuba anda de hermana, porque se comparte lo que se tiene y no lo que sobra. Y entendemos que ahora más que nunca necesitamos dar la mano al que está a nuestro lado, apretarnos el cinto y trabajar, para salir adelante.

Ante eso no puedo menos que mirar con satisfacción mensajes como el que está en mi buzón, reenviarlo y disponerme a escribir sobre ello, multiplicar esa voz, que es el pedacito que me toca.

lunes 15 de septiembre

Siempre había escuchado que eran como magos en eso de comunicarse. Que algunos hasta habían logrado hablar con personas que estaban más allá de la Tierra, en el cosmos, orbitando en alguna nave alrededor del planeta. Eran historias que me parecían increíbles, como también el hecho de que muchos solo lo hicieran por hobbie. Me resultaba un poco complicado entender que este fuera un punto común entre un maestro de Historia, un zapatero y un médico. Pero para todo hay un comienzo y el mío ha sido el paso por Mayarí del huracán Ike.
Estaba en el puesto de dirección del Consejo de Defensa Municipal (CDM) cuando alguien dijo que había 13 Consejos Populares que no tenían comunicación telefónica. Eran pasadas las 11 de la noche del 7 de septiembre y todavía se sentían los fuertes vientos del meteoro. Yo me alarmé al escuchar la noticia, mucho más al ver la tranquilidad con la que actuaba todo el mundo. La respuesta aguardaba tras una puerta con unas letritas ya borrosas: Comunicaciones-radioaficionados.
Y claro está, porque en ningún momento se ha perdido el contacto gracias a ellos. Llevan más de 72 horas trabajando y son imprescindibles dentro de este equipo que lucha a brazo partido por preservar el recurso más importante: la vida.
A Mayarí lo parieron las aguas. Las aguas dulces de Ochún, esa deidad africana devenida Virgen del Cobre y que casualmente festejamos un 8 de septiembre. De sus 21 Consejos Populares, 19 son proclives a inundaciones parciales o totales, de ahí que el sistema de comunicación alternativa a través de los radioaficionados sea vital.
Durante esta emergencia han trabajado 37 de ellos, permitiendo que estén cubiertas todas las zonas de defensa. Seis están directamente vinculados al puesto de dirección, 2 aguzan los oídos en la banda de los 7 metros, para cubrir la parte montañosa, respaldados por 10 plantas de ese tipo y algunos fueron ubicados en los centros de evacuación más importantes.
Pero la movilización no termina ahí. Se han utilizado además 32 portables de 2 metros y dos plantas fijas; se activó el sistema trunking con 9 portables y 2 plantas fijas y una planta multibanda se encuentra en el puesto de dirección, gracias a la cual se pudo conocer la situación meteorológica en los momentos más críticos del paso del huracán.
Rodolfo Rodríguez Carreras, presidente del Radioclub del municipio Mayarí y quien dirige a toda esta tropa, me explicó también que el municipio cuenta con un repetidor (145-470 MHz), instalado en la altura de La mensura, uno de los puntos más elevados de la Sierra Cristal, con 995 metros por encima del nivel del mar. Allí permanecieron 2 radioaficionados, lo que posibilitó mantener las comunicaciones con las cinco provincias orientales hasta cerca de la medianoche, en que se agotó la energía eléctrica.
Pero en el puesto de dirección nada se detiene. Aún falta mucho por hacer y ellos son esenciales para conseguir el éxito. Con su ayuda el mensaje de aliento llegará más lejos, la alerta, el apoyo para quien la necesite. Y cuando en la mañana el pueblo salga a limpiar las calles, lo harán asimismo el profesor de Historia, el zapatero, el técnico, el médico…

sábado 13 de septiembre

No sé cómo se llamarán los de su barrio, pero los héroes del mío se nombran David, Lenin y Méndez. No tienen nada parecido a los súper de los comics, son más bien lo opuesto: bajitos y gorditos, enjutos y delgados; pero no por ello dejan de ser los salvadores de la cuadra.

Puede parecer una exageración mía, pero el domingo en la mañana, cuando se daban los últimos toques en la protección de los hogares contra los temibles vientos de Ike, fueron ellos quienes rompieron las leyes de la Física, logrando estar en varios lugares al mismo tiempo, para dar una mano a las mujeres que intentábamos asegurar puertas y ventanas, e incluso, para proteger las lámparas del alumbrado público de nuestra comunidad.

Aclaro, no es que en mi barrio tengamos nada contra los del sexo masculino, había varias mujeres solas porque, como en toda situación excepcional, los movilizados en centros de trabajo y unidades militares, fundamentalmente hombres, son muchos. Y eso, estoy segura, sucedió en todos los rincones de Holguín, porque para que haya puestos de dirección, centros de evacuación, para que funcionen los hospitales, las panaderías, los centros de elaboración de alimentos; se requiere de personas que dejan sus hogares y viven los momentos difíciles lejos de los suyos.

Confieso que ese término que se establece en la defensa: “situaciones excepcionales”, y que iguala la guerra con catástrofes naturales, por más que me lo explicaron en la universidad, es ahora que realmente vengo a entenderlo. No debe haber nada más parecido a las huellas de una contienda bélica, que los destrozos que pueden dejar huracanes y terremotos. Nada puede ser más duro que cumplir con el deber, dejando a un lado a aquellos a los que amas.

Por eso, aunque nadie les haya dado una medalla, David, Lenin y Méndez son mis héroes. Por brindar su apoyo en el momento preciso y echarse a cuestas las labores más duras dentro de esta etapa de recuperación, para que poco a poco el barrio vaya recuperando su antiguo rostro y los que debieron irse a otros sitios a cumplir con su deber, puedan hacerlo tranquilos.

jueves 11 de septiembre

Una de las imágenes recurrentes en las calles de los municipios holguineros en estos días de recuperación, es la de los uniformados hombres de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) recogiendo escombros, restos de árboles caídos, contribuyendo en todo lo que sea posible para levantarnos del duro golpe que nos propinara Ike. Para los cubanos no hay nada extraño en ello, acostumbrados como estamos a saberlos a nuestro lado en los momentos más difíciles, como tantas y tantas veces lo han hecho; pero no por eso deja de ser menos admirable.

Cierto es que desde siempre los militares han sido vistos como hombres dispuestos para la guerra, listos para morir en la batalla. Las películas norteamericanas hasta nos han hecho creer que están entrenados para no sentir dolor, para dejar de ser seres humanos. Los soldados solo cumplen órdenes y los oficiales son aquellos que con voces de trueno mandan sin que nadie pueda discutir sus decisiones.

Sin embargo, al verlos con los brazos rayados por las ramas cargadas, con las espaldas brillando al sol por el intenso calor, nos damos cuenta que son jóvenes que apenas dejan crecer las barbas, quienes tal vez nunca hayan estado lejos de casa.

Son hombres que cuidan de una familia y que muchas veces olvidan el sitio donde nacieron, porque van donde sean más necesarios, donde sirvan mejor a su Patria y a su pueblo.

Tras los uniformes verdes o carmelitas del Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), bajo las camisas de los trabajadores civiles, casi tan militares como los juramentados, desbordan sentimientos. Han sido formados en la enseñanza de que nadie puede dormir en paz mientras haya un solo hombre infeliz, y esa es la razón fundamental de que hoy estén en la primera fila, como los más solidarios y entregados, no solo porque se les haya ordenado, sino porque están conscientes de cuál es su papel para con la sociedad.

Y no son solo los hombres. Este ejército ha dispuesto casi todos sus medios: helicópteros, carros anfibios, camiones, grúas y todo el transporte de que disponen en las unidades y el sistema empresarial, para que la vida vuelva a su curso.

Parte de sus reservas también han sido distribuidas para aliviar el dolor causado por tanta pérdida, y de sus fincas, alimento. En Cuba el ejército es el pueblo. Si a alguien le quedaba alguna duda, son estas circunstancias las mejores pruebas que se le podrían dar.

Pero no son mansos. Que nadie confunda las cosas. Serán los guerreros más fieros a la hora señalada, cuando los convoquen las causas nobles y justas, cuando alguien ponga en riesgo esta paz que hoy defienden, a contrapelo de la naturaleza.

Monday, September 08, 2008

lunes 8 de septiembre

Siempre había escuchado que eran como magos en eso de comunicarse. Que algunos hasta habían logrado hablar con personas que estaban más allá de la Tierra, en el cosmos, orbitando en alguna nave alrededor del planeta. Eran historias que me parecían increíbles, como también el hecho de que muchos solo lo hicieran por hobbie. Me resultaba un poco complicado entender que este fuera un punto común entre un maestro de Historia, un zapatero y un médico. Pero para todo hay un comienzo y el mío ha sido el paso por Mayarí del huracán Ike.


Estaba en el puesto de dirección del Consejo de Defensa Municipal (CDM) cuando alguien dijo que había 13 Consejos Populares que no tenían comunicación telefónica. Eran pasadas las 11 de la noche del 7 de septiembre y todavía se sentían los fuertes vientos del meteoro. Yo me alarmé al escuchar la noticia, mucho más al ver la tranquilidad con la que actuaba todo el mundo. La respuesta aguardaba tras una puerta con unas letritas ya borrosas: Comunicaciones-radioaficionados.


Y claro está, porque en ningún momento se ha perdido el contacto gracias a ellos. Llevan más de 72 horas trabajando y son imprescindibles dentro de este equipo que lucha a brazo partido por preservar el recurso más importante: la vida.


A Mayarí lo parieron las aguas. Las aguas dulces de Ochún, esa deidad africana devenida Virgen del Cobre y que casualmente festejamos un 8 de septiembre. De sus 21 Consejos Populares, 19 son proclives a inundaciones parciales o totales, de ahí que el sistema de comunicación alternativa a través de los radioaficionados sea vital.


Durante esta emergencia han trabajado 37 de ellos, permitiendo que estén cubiertas todas las zonas de defensa. Seis están directamente vinculados al puesto de dirección, 2 aguzan los oídos en la banda de los 7 metros, para cubrir la parte montañosa, respaldados por 10 plantas de ese tipo y algunos fueron ubicados en los centros de evacuación más importantes.


Pero la movilización no termina ahí. Se han utilizado además 32 portables de 2 metros y dos plantas fijas; se activó el sistema trunking con 9 portables y 2 plantas fijas y una planta multibanda se encuentra en el puesto de dirección, gracias a la cual se pudo conocer la situación meteorológica en los momentos más críticos del paso del huracán.


Rodolfo Rodríguez Carreras, presidente del Radioclub del municipio Mayarí y quien dirige a toda esta tropa, me explicó también que el municipio cuenta con un repetidor (145-470 MHz), instalado en la altura de La mensura, uno de los puntos más elevados de la Sierra Cristal, con 995 metros por encima del nivel del mar.

Allí permanecieron 2 radioaficionados, lo que posibilitó mantener las comunicaciones con las cinco provincias orientales hasta cerca de la medianoche, en que se agotó la energía eléctrica.


Mas en el puesto de dirección nada se detiene. Aún falta mucho por hacer y ellos son esenciales para conseguir el éxito. Con su ayuda el mensaje de aliento llegará más lejos, la alerta, el apoyo para quien la necesite. Y cuando en la mañana el pueblo salga a limpiar las calles, lo harán asimismo el profesor de Historia, el zapatero, el técnico, el médico…

Thursday, September 04, 2008

jueves 4 de septiembre

No creo que haya un solo cubano que no se haya conmovido con las imágenes del desastre que dejó en la Isla de la Juventud y en Pinar del Río el huracán Gustav. La muestra evidente de ello han sido las muchas manos solidarias que se han extendido para aquellos que lo han perdido casi todo. Manos que no solo abrieron puertas cuando más fuerte azotaba el viento, sino que ahora se juntan para reconstruir.

Linieros de todo el país, soldados y oficiales de nuestro pueblo uniformado, desde los primeros momentos estuvieron allí trabajando a brazo partido. Los artistas fueron a mitigar el dolor con su hacer y a trabajar junto a nuestros hermanos. Desde numerosas partes de nuestra geografía se organizan iniciativas como la que sugirió una amiga esta mañana por correo electrónico, hacer una valija que contenga artículos de todo tipo. Cada quien se dispone, no a dar lo que le sobra, sino a compartir lo que tiene, así ha sido siempre en Cuba, pues como dijera Fidel, la solidaridad es nuestro mayor recurso.

También por eso, muchos países del mundo, incluyendo naciones pobres a las cuales tampoco les sobra nada, han manifestado su deseo de colaborar, de brindar su ayuda, por modesta que esta sea. Ha sido el amor que se ha sembrado durante años y que ahora, ante la tragedia, vuelve magnificado. Amor con amor se paga decía el Maestro y no puedo pensar en otra cosa al oír las declaraciones de los presidentes de Nicaragua, Timor Leste, Rusia, Venezuela, Colombia, de embajadores y autoridades de muchas otras regiones.

Cierto es que Gustav ha cambiado las cosas, no podremos ser los mismos, no solo en las tierras dañadas por el viento y la lluvia, ya no seremos los mismos en ninguna parte de esta nación que siente con un solo corazón. Pero a pesar del golpe, a contrapelo de lo mucho que habrá que esforzarse y sacrificarse para salir adelante, reconforta el no saberse solo, el que haya un hombro siempre a nuestro lado y una familia inmensa, unida, más allá de nuestras tierras, por los fuertes lazos de la Revolución cubana.