Thursday, September 27, 2007

jueves 27 de septiembre

Hace un año abría este Blog con una pequeña crónica sobre los personajes extraños que cada septiembre toman la ciudad. Los convoca el festival de rock Metal HG y en esta ocasión también el décimo aniversario de la banda holguinera Mephisto.

Cada septiembre además regresan las lluvias y escuchar música de altos decibeles, organizar un espectáculo con todos los requerimientos de la cultura rock, se vuelve más difícil por su causa.

Este año, huyéndole a la lluvia, las bandas y rockers de todas partes del país encontraron refugio en el Templo de la Cubanía: la Sandunguera, un espacio que ayudó a mejorar la calidad del sonido en las presentaciones.

Hubo mucho público, los amantes de este género están ávidos de lugares donde escuchar la música que les gusta, donde debatir los temas que les atañen, donde compartir las experiencias vividas por quienes habitan en distintas ciudades de la Isla. Gracias a eso. Porque de ser por la escasa promoción que acompañó a esta edición del festival, o por los diluvios de esos días, habrían pasado inadvertidos sus excelentes conciertos.

Fue bueno el Metal HG, dicen algunos; sin embargo a quienes amamos el rock nos preocupa que el espacio teórico de esta fiesta vaya perdiendo peso y seriedad, que haya cada vez más seguidores de la “moda” rocker o de la música más comercial dentro del género, y menos admiradores por conocimiento.

Esta es una reflexión que deben hacer sus organizadores, fundamentalmente la AHS de Holguín, porque de continuar con esa tendencia se perdería una parte importante de este evento, una de sus razones de ser, y se estaría desaprovechando una oportunidad única de ganar espacios y aceptación en la sociedad, que tantas veces ha rechazado a los rockeros tildándolos de rebeldes sin causa y enajenados.

Bienvenidos serán siempre septiembre, las lluvias y Metal HG, pero que sea con buena salud.

Monday, August 27, 2007

lunes 27 de agosto

Eran las diez de la noche cuando salió el ómnibus. El recorrido era largo y las ansias de llegar hacían que cada segundo transcurriera lento, pesado; como si los 34 pasajeros no estuviesen dentro de un carro, sino en un reloj de arena escuchando caer cada granito marcando el tiempo. Su destino era el Milagro.

Por la oscura carretera van dejando atrás los paisajes más o menos conocidos. Es difícil dormir con tanta agitación, con esa mezcla de incertidumbre y esperanza que parece una espina clavada en el pulmón y entrecorta el aliento. Tampoco duermen en la aldea, allá en el municipio Concepción, en Honduras. Los vieron partir y ya quieren que estén de regreso, con la definitiva luz en la mirada.

Cerca de la una y treinta los viajeros llegan a la Esperanza, descansan unos pocos minutos y siguen camino a Tegucigalpa, serán tres horas más, pero bien vale la pena. Los médicos cubanos, los dos que van de pie acompañándolos y los que hicieron el “pesquisaje”, les han dicho que volverán a ver, y esa sola idea les hace volar el corazón de dentro del pecho.

En el “bus” a veces se escucha un murmullo que trae palabras de desaliento, pero no dura mucho, ninguna tiniebla es más fuerte que la claridad que viene de la hermandad y el amor.

Es así que logran sobreponerse a los miedos y concluye la travesía por los peligrosos caminos de la geografía hondureña. Ahora solo falta esperar que llegue el alba. Con el amanecer vendrá la última parte del viaje, durante la cual también serán guiados por las manos amigas de los médicos cubanos, holguineros.

El destino es el Milagro y está ahí mismo, casi puede sentirse, viene vestido de rayito de sol y alumbra ya en las pupilas.

Friday, June 15, 2007

jueves 14 de junio

Debo confesar que he amado otra ciudad más que a la mía. Tal vez la amo todavía, por aquello de que el amor es corto y el olvido muy largo. Pero en noches como esta siento que vuelvo a enamorarme de Holguín, cuando siento el palpitar de la vida bajo las venas de sus calles.
Seduce el ir y venir de la gente, la magia de una película vista en una pantalla gigantesca en uno de sus parques, o la música salida de una solitaria galería de arte.
Tiene Holguín una belleza refinada y un encanto que nace en su cultura proverbial, en su sabiduría.

Friday, May 25, 2007

domingo 13 de mayo

Alicia es una niña feliz. Nació destinada a un mundo de maravillas en el cual no hay más reina que ella.

Cuenta su madre que declaró su independencia desde el mismo momento de su nacimiento, cuando escudriñó, con ojos muy abiertos, aquel extraño lugar al que había llegado. Su llanto fue una señal de protesta ante las nalgadas que le propinara el médico tratando de saber si estaba viva y sana; como si no bastara aquella mirada curiosa para responder ambas preguntas.

Alicia es gobernante absoluta y sus principales súbditos son aquellos que le dieron la vida. Ella los ha doblegado a fuerza de inteligencia y sin más armas que la sonrisa de su rostro salpicado de pecas, como si en vez de Alicia se llamara Pippa. Martha y Maikel lo saben, pero viven felices de adivinar a quién se parece esa chiquilla que a cada paso los niega a ambos.

Y es que Alicia es una niña feliz, nadie la obliga a ser diferente y no tiene más preocupaciones que el juego, por qué cae la lluvia o por qué tienen lana las ovejas. Sí Alicia es feliz, suerte que en Holguín haya muchas Alicias.

Thursday, April 19, 2007

jueves 19 de abril

Toda la ciudad se ha mudado al norte, junto al mar azul y el malecón de Gibara. Toda la ciudad y mucha, mucha gente de todo el país que se hacen acompañar de otros que tratan de dominar el español y hasta el “cubano”.

Los convoca el cine, pero todos sabemos que ese es el pretexto. La verdadera razón por la que vienen es para disfrutar de una fiesta única en un pueblo que es por sí mismo, cinematográfico, con esas calles desiertas, su aire fantasmal, su olor a salitre y pescado.

Cine Pobre es libertad. Se respira desde que comienza abril y el ajetreo de los preparativos, mezclado con los olores habituales de la Villa Blanca. Se siente luego en cada calle, en la gente que deja atrás prejuicios y temores y echan a volar las ganas disfrazadas de cantos, tragos y bailes. La libertad que brota de las creaciones que traen como carta de presentación algunos y la que se transpira en las obras que surgen en medio de esta libertad que es Cine Pobre.

Aquí ya no hay más distinciones: los famosos salen a la calle como completos desconocidos, como gente común que se admira de la obra colectiva que es siempre mayor. Por eso es posible ver a Nelson Domínguez, Alicia Leal o Enrique Pérez Alonso, pintando camisetas en medio de la calle, mientras otros dibujaban lienzos tendidos sobre las aceras.

Y entonces nacen figuras en los árboles y muros del parque; los performances hacen aparecer personajes como salidos de un sueño muy raro, o una película, que a veces es lo mismo; surgen nuevos “telones” y de las ramas cuelgan por igual sillones de mimbre y carretas de trabajo luciendo coloridas flores.

Lo bello del Cine Pobre es que es para todos. Por eso los gibareños, cuando finalmente deciden habitar su ciudad, se detienen a que les dibujen sus camisetas, o sencillamente disfrutan el espectáculo aún montados en sus bicicletas, mientras Deep Purple se escucha en el fondo.

En las salas oscuras hay películas realizadas con bajos recursos y con un discurso alternativo, pero ese es solo el pretexto. El verdadero Cine Pobre es la gente, y esas pueden estar a la vuelta del malecón, en el concierto, o en las carreteras, tratando de conquistar su pedacito de libertad para no dejar morir las almas.

Tuesday, April 10, 2007

martes 10 de abril

Nunca había estado en uno de sus conciertos y tampoco en ese sitio de la ciudad; así es que descubrirlos a ambos resultaba inquietante. Luego fue definitivamente grato.

Gerardo Alfonso parece una de esas criaturas que dicen que abundan en los campos de Cuba. Güijes, les llaman; aunque en todo caso él sería un güije muy educado, un duendecillo enamorado de la vida. Basta escucharlo decir unas palabras y uno comprende inmediatamente por qué sus canciones llegan tan hondo: no hay artificios, es un artista sincero y en cada canción desnuda un pedacito del alma.

A la Sandunguera: El templo de la cubanía, el nombre le queda grande; sin embargo no es el sitio deprimente que algunos dijeron. Un cabaret sui géneris, un espacio cómplice para disfrutar conciertos como este, aunque reconozco que preferiría un teatro.

De todos modos ese ambiente de cine antiguo acogió de manera excelente un concierto especial. Un encuentro donde se dieron la mano las antológicas canciones del catautor, con las de su último disco: A orillas del mar.

Un concierto es una oportunidad única. Un puente mágico se teje entre quien canta y quienes lo escuchan. Para mí fue encontrar a un Gerardo de carne y hueso con muchas más cosas que decir que aquellas ya descubiertas en la soledad de mi cuarto.

Sus nuevos ritmos, experimentación, la calidad del joven grupo y su siempre singular visión de lo cotidiano, me hicieron lamentar que todavía propuestas como estas no se acompañen de la promoción justa; o que los precios módicos de su discografía aún no sean tan módicos para algunos bolsillos como el mío. Pero de cualquier manera valió la pena ir, ser testigo del verdadero arte y volver a casa todavía cantando Quisiera, quisiera, quisiera

Thursday, March 29, 2007

viernes 30 de marzo

El ritmo de las palmadas marca el paso. Protegidas por los telones del anfiteatro, las bailarinas siguen el ritmo con sus cuerpos. Ensayan las niñas, las muchachas que han hecho el milagro que tanto Holguín había anhelado: ¡un ballet!

Todavía no estrenan grandes clásicos, pero más de una se ha visto en sueños presa de la locura de Giselle, o envueltas en las plumas del cisne.

Tiene aún que crecer este Ballet de Cámara, pero ya alegra la vida de quienes espiamos por las cortinas y observamos, maravillados, cada giro, cada salto.

Lástima que Holguín no tenga aún un teatro que ofrecer a su ballet.

miércoles 28 de marzo

No podía ser de otra manera. Los grandes artistas son como los héroes. El pueblo los quiere, los admira, los respeta; el pueblo los abraza y allí, entre sus brazos, se hacen inmortales.

Para el Guayabero no podía ser de otra manera. El hasta siempre fue un mar de personas coloridas, de edades diferentes vestidas de uniformes escolares, flamantes doctores, regios oficiales, alegres jóvenes, sencillos obreros y humildes amas de casa.

Diríase que la música fue el centro de todo. Brotó de los instrumentos de la banda de conciertos que como él, nació de lo más noble de este Holguín. Surgió de las gargantas de los integrantes de un Orfeón mucho mayor, porque cantó a quien supo hacerlo con voz de pueblo. Música fueron el vuelo de las campanas de la parroquia mayor y los aplausos.

Jóvenes músicos llevaron las flores que vinieron de todas partes del país, y viejos músicos: Eliades Ochoa, Pancho Amat, Cándido Fabré, Tiburón Morales, amigos todos; despidieron al Juglar mayor.

Como a los héroes, y al ritmo de las canciones que nos deja como legado, el pueblo holguinero dijo hasta pronto al Rey del doble sentido y le agradeció con una risa cómplice, el haber estado entre nosotros. ¡Santa Palabra!

Wednesday, March 21, 2007

miércoles 21 de marzo

De cómo despierta la ciudad pudieran escribirse cientos de cosas. La ciudad tiene mil rostros al despertar.

Cada persona que sale a la calle es como un movimiento lento, de esos que sacuden la pereza de las sábanas. Cada gato que regresa a su hogar (aunque su verdaero hogar es la noche), es como un bostezo. Y mientras los rayos del sol poco a poco van calentando las gotas de rocío que quedaron atrapadas en las telas de araña del alumbrado público; la ciudad calza sus alpargatas, se lava el rostro, y echa a andar.

Wednesday, March 14, 2007

miércoles 14 de marzo

Se levanta cada mañana como todo el mundo, y como todo el mundo sale a vivir el día. Nada lo diferencia de los otros que esperan la llegada de una guagua para ir al trabajo. Su rostro se confunde con el de ellos, aunque su nombre sea bien conocido; es uno más entre la multitud.

Si algo lo distingue quizás, son sus ojos. No hay fuerza externa capaz de apagar la mirada inquisidora de un periodista, ni siquiera el tiempo. Lo digo con propiedad, porque he visto muchos longevos colegas que conservan en sus ojos un brillo especial; uno que viene de esa necesidad infinita de conocer, de estudiar la realidad. Cuando se lleva bien adentro la profesión -o el oficio para no entrar en contradicciones- se aprende a cada instante y no se envejece, solo envejece verdaderamente aquel que muere dentro.

Quienes lo conocieron de niño saben que siempre fue el inconforme, el preguntón, y a la vez el primero en ayudar, en reconocer sus errores, en elogiar las cosas buenas.

Y con los años, a fuerza de vivencias y libros, se le va templando el carácter y acrecentando la imaginación; porque el periodista, como el escritor, también necesita de mundos paralelos, mundos llenos de palabras y colores con los que luego pintará el mundo real para que los demás reparen en él, en las pequeñas cosas habituales y las miren como si fuera algo nuevo, desconocido.

Arden en su pecho las palabras de Martí, las asume con el compromiso de honrar a quien fuera un excelente periodista y de respetar a quienes dirige su trabajo: “No es el oficio de la prensa periódica informar ligera y frívolamente sobre los hechos que acaecen, o censurarlos con mayor suma de afectos o de adhesión. Toca a la prensa encaminar, explicar, enseñar, guiar, dirigir; tócale examinar los conflictos; tócale proponer soluciones, madurarlas y hacerlas felices, someterlas a consultas y reformarlas según ella; tócale en fin establecer y fundamentar enseñanzas, si pretende que el país la respete. Tiene la prensa periódica altísimas visiones: es la una explicar en la paz y en la lucha fortalecer y aconsejar…La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante: es proposición, estudio, examen y consejo”.

Por ello, se haya graduado o no con ese título, el periodista sale a la calle y vive el día como los demás, con sus altas y bajas; es, tiene que serlo, un hombre de su tiempo. Sobre sus hombros siente feliz el peso, la responsabilidad de promover el cambio, y cada mañana se lanza a la aventura, siempre con el espíritu de construir un mundo mejor.

Tuesday, March 06, 2007

martes 6 de marzo

La música y las artes plásticas se dieron las manos para abrir paso a la literatura. Así comenzó en Holguín la decimosexta edición de la Feria Internacional del Libro, con la magia de los pinceles de Cosme Proenza hecha realidad en el traje de la Cecilia Valdés que interpretara Liudmila Pérez del teatro lírico Rodrigo Prats.

Y detrás de los artistas fue el pueblo, ese que verdaderamente inaugura. Ungiendo con sus ansias de un libro cada stan, kiosco, tienda.

La tarde de ayer fue una tarde de versos e historias. La eterna Dulce María Loynaz se mezcló con los más jóvenes narradores y todos habitamos en un mundo que bien pudiera llamarse Garabulla, o el país de Alicia.

Los más chicos buscaron hasta tarde sus personajes favoritos, los adivinaban tras la carátula de este o aquel título; sabían que serían grandes amigos una vez que abrieran las páginas.

Cuando yo tenía tres años no existía este carnaval de libros, esta puerta abierta a la imaginación de otros que tanto hace crecer la nuestra. No existía, pero igual me seducían las aventuras de un travieso gatico llamado Minú, igual quería descubrir cómo había sido el hombre de la Rosa Blanca cuando, como yo, había muchas cosas que no podía hacer solo.

Pero aunque comencé a leer temprano muchas veces el cansancio cotidiano me ha impedido viajar libre hacia esos otros sitios, ser esas otras personas. Por eso a veces siento que me falta tiempo, que hay tanta sabiduría en los libros que no puedo retener; sin darme cuenta que no se trata de poseerla, sino de vivirla.

Hoy mucha gente sale a la calle a buscar, como alguien dijo una vez, alimento para el alma. Tal vez algunos de esos amigos que esperaban impacientes para contarnos su historia, duerman por mucho tiempo en un estante, víctimas del snobismo, o de los que como yo, a veces nos inclinamos hacia delante por el peso de la gravedad. Pero serán muchos más los que salgan del papel a poblar el mundo, y crecerán los versos en los pechos de los hombres, y también ellos se empinarán hasta sentir, que pueden tocar el cielo.

Thursday, February 15, 2007

miércoles 14 de febrero

De un tirón la ciudad se volvió pequeña (mucho más). Tal vez todas las ciudades del mundo ayer fueron más pequeñas de los que siempre han sido.

En Holguín no quedó un solo sitio vacío. Incluso aquellos lugares que bostezan cada día de la semana, ayer vistieron sus mejores trajes, espantaron las moscas y quitaron las telas de arañas.

Las parejas salieron a las calles como atraídas por hilos invisibles. Surgieron de las piedras, del polvo mismo de la ciudad, para habitar el tiempo, para llenar el aire de un olor dulce.

Después de eso ya nadie tiene rostro, ya no hay colores ni edades; y no queda más remedio que sucumbir al embrujo, y viajar hacia adentro, a reencontrarse con los miedos y los fantasmas; y asumir el reto de la soledad, o de la aún más difícil compañía.

Friday, January 26, 2007

martes 5 de diciembre

El cine en Cuba es una fiesta. Cada año son múltiples los festivales dedicados a él en todo el país. Sin embargo el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano sobresale como el más importante por el arraigo que ha logrado en la población, tras 28 ediciones del mismo.
Afortunadamente este gran acontecimiento ha salido de los predios de la capital y recorre las salas oscuras de todo el país. Este año, por ejemplo, los holguineros tendremos la posibilidad de disfrutar de 11 películas de las participantes; una pequeñita muestra si comparamos con las que se podrán ver en la Habana, pero que por la diversidad en la selección tanto de los países como de las temáticas, nos permitirán percibir el espíritu de esta celebración del séptimo arte.
Las manos, largometraje ganador del Colón de Plata al mejor director (Alejandro Doria) y el Colón de Oro del público en el Festival de Huelva, fue la que dio inicio a la exhibición en el cine Martí de la ciudad de Holguín.
Sin ser crítica de cine, ni pretenderlo, creo que es esta una propuesta que queda en la memoria más por la capacidad de conmover al público, que por sus valores formales; aunque también los tiene. A veces los realizadores se valen de fórmulas muy a lo Hollywood, pero igual resultan convincentes gracias a las actuaciones de sus protagonistas, Jorge Marrale en el papel del Padre Mario, y Graciela Borges como su ayudante, Perla.
La película cuenta la historia del Padre Mario Pantaleo, un sacerdote italiano que vive en Argentina y tiene el don de curar a las personas por la imposición de las manos. A partir de ese momento nada será fácil para él, pues deberá luchar contra la jerarquía católica, el gobierno y por si fuera poco, la policía, para poder continuar con su obra.
En lo personal el filme me hizo remontarme a quienes han sido capaces de olvidarse de sí mismos para entregarse a los demás y sevirlos. Ama a tu prójimo como a ti mismo, dice la Biblia y lamentablemente vivimos tiempos en los que cada vez menos presonas cumplen con ese mandamiento y, los que lo hacen, no siempre reciben el agradecimiento de los demás, ni siquiera la aprobación.
Mensaje de amor el de esta película argentina que sin dudas nos convierte, al salir del cine, en mejores seres humanos.

Thursday, January 25, 2007

lunes 4 de diciembre

Cuántos seres fantásticos habitan la cabeza de un creador. Nadie puede saberlo exactamente. Ni ellos mismos conocen a todos los que se han hecho un espacio en su interior y han construido su propio universo. Lo pueblan a cada segundo y con cada suceso que ocurre en la vida del hombre llega el aliento a una nueva criatura que puede batir alas o simplemente componerse de pedazos de rostros.
Holguín es la ciudad de los seres fantásticos. Las galerías de arte de la ciudad acogen a menudo exposiciones de artistas plásticos cuyo mundo creativo está lleno de seres desconocidos extrañamente familiares. Y es que en cada uno de nosotros hay imágenes como salidas de un sueño, invenciones que hacemos a partir de lo cotidiano, de los estados de ánimo, de lo que pensamos debería ser y no es.
Pintores como Julio César Rodríguez, Yosvani Caisés, Víctor Manuel Velázquez, Julio C. Báster, entre los más jóvenes y Cosme Proenza entre los consagrados; han enriquecido este mundo de fabulaciones y personajes mitológicos, religiosos, de cuentos de hada o, por qué no, películas de horror. Estremecen los trazos que surgen de la mano de ellos, pues tienen el mágico poder de trasladarnos siempre a algún lugar de nuestros recuerdos o nuestra imaginación.
No soy una experta en arte, pero me atrevería a decir que hay toda una generación de pintores holguineros que crea bajo el influjo de la obra de Cosme. No se trata de imitar. Proenza abrió la puerta a ese otro mundo, dejó entrar a los habitantes de su cabeza vestidos de verdes y azules, con trajes de plumas y sin rostros; y luego otros descubrieron el camino hacia su propio microcosmos. Una suerte para quienes no podemos deshacernos de los nuestros y sentimos el alivio al contemplar las pinceladas de color.

Ojos de tierra y mar

En el corazón de una isla y sus pobladores está siempre el mar. Sin embargo en Holguín, como en buena parte del país, quienes más cerca viven del mar han hecho de este no solo el sustento de sus vidas o el sitio ideal para la inspiración y el romance. Entre ellos y el gran azul existe desde hace un tiempo una relación especial, porque del mar pueden venir también peligros, o puede arrebatar las vidas a quienes se arriesgan tras los cantos de las sirenas.
En el municipio Gibara son muchos los hombres y mujeres que están integrados a los Destacamentos Mirando al Mar. Ya no son los inexpertos que en una ocasión cometieron el error de preparar refresco con el polvito de los sobres de Cocacola que flotaban sobre las aguas, (suerte que lo tomara primero el perro); ahora son hombres y mujeres, de diversas edades, que conocen bien cómo actuar en cada caso y que no se dejan amedrentar por las dificultades.
En la playa de Caletones laboran dos de estos destacamentos. Reúnen entre 25 y 28 integrantes, y en cada uno de ellos hay una anécdota, una historia que compartir.
Al principio, quizás por la modestia o las reservas normales frente a personas extrañas, el diálogo fue más bien una serie de palabras entrecortadas. Después y casi a medida que calentaba el sol de la mañana, pudimos acercarnos al mundo de este grupo de personas.
“Realizamos el enfrentamiento a la droga y salidas ilegales del país, y estamos atentos a personajes desconocidos que aparezcan por el barrio- explica Maira Reyes, jefa del destacamento uno. Nuestra principal misión es dar información, avisar al puesto de guardafronteras ante cualquier situación extraña que se presente. Para eso tenemos establecido un plan de guardia, por si hay que dar una movilización en un momento determinado, o para lo que se necesite. Así trabajamos, lo fundamental es la vigilancia en el barrio.”
Caletones es una zona de playa, de la que además son muy conocidos sus estanques naturales, comúnmente llamados pozas; por lo que en el verano es normal el ir y venir de gente en busca del difrute y también de oportunidades...
“El período de vacaciones es el más difícil para nosotros, porque hay mucha gente desconocida que viene y se queda por varios días en casas de amistades o cosas por el estilo–cuenta Irma Pérez-. No hace tanto vivimos una de esas experiencias. Detectamos una familia que no se iba al finalizar agosto y tenían tres niños, dos de ellas ya debían ir a la escuela. Fuimos a verlos preocupados por la situación de las pequeñas, resultaba significativo que los padres no se hubiesen decidido a regresar a sus casas a pesar de que las niñas estaban perdiendo clases. Nos dieron varias excusas sin mucho sentido, pero no resistieron después de la tercera vez que fuimos a verlos y se marcharon. Ya nosotros habíamos dado parte a guardafronteras, porque casi siempre esas situaciones terminan en salidas ilegales.”
“En otra ocasión- se anima Rafael Reyes- había dos compañeros que resultaban sospechosos por su aspecto y la forma de conducirse. Aquí todos se conocen y siempre alguien nuevo llama la atención. No les perdimos ni pie ni pisada, lo informamos y el resultado final fue que los dos individuos eran prófugos de la justicia de Boyeros. Por supuesto los cogieron”.
Experiencias les sobran para compartir. De hecho desde 1994 no ha habido una salida ilegal por ese sitio, para lo cual ha sido determinante la cooperación entre todos los destacamentos de la zona.
Sobre esto señala el Coordinador de vigilancia del municipio: “No solo hay que resaltar el trabajo que aquí se realiza, sino los de otros lugares que están a siete u ocho kilómetros, en Uverito y Juan Antonio, donde no hay comunicación. Ellos tienen un sistema de mensajeros y hasta en horas de la madrugada, en bicicleta, han venido a informar al puesto de guardafronteras”.
Varios son los estímulos y reconocimientos que han recibido los miembros de los destacamentos de Caletones, entre ellos el haberse convertido en el primero abanderado 6to Congreso de los CDR en el país. Sin embargo nada es comparable con la tranquilidad de saber que la droga no estará cerca de sus hijos, pues se mantienen vigilantes para que eso no ocurra y además preparan a los pequeños.
“Los niños – dice Yaquelín Campaña- conocen mucho de nuestra labor y, por ejemplo, no recogen nada de la playa que les resulte sospechoso, primero llaman a un adulto. En la escuela está creado un círculo de interés que nos permite prepararlos en estos asuntos. Por eso tenemos buenos resultados, porque el destacamento se puede decir que lo integran todos los miembros de la comunidad, incluso quienes no pertenecen, porque colaboran”.
“Nosotros pensamos que la lucha contra la droga no es solo estar atentos a los posibles recalos o movimientos extraños y que se lleve gente a la prisión; sino que lo más importante es prevenir- agrega Xiomara Palomino-. Trabajamos con las familias de aquellos que han incurrido en ese delito, se les da apoyo y una vez que estas personas cumplen sus sanciones, los tratamos de reincorporar a la sociedad”.
“Esta es una comunidad aguerrida”, dice alguien y no nos caben dudas; por eso les preocupa tanto que haya decaído un poco la preparación que reciben. Quieren hacer su labor muy bien.
¿Nunca los han tratado de comprar? Preguntamos, y la respuesta no se hace esperar.
“Qué va- y sonríe casi divertida Irma-. Nadie nunca se ha atrevido a hacer eso. Contamos con el apoyo del pueblo. La gente colabora, nos dicen si ven algo extraño. Aquí todo el mundo sabe que lo que hacemos es para el bien de todos”.

Y se abrió el telón.

Los tambores despiertan el solar. Andoba está por salir de la cárcel. Los tambores también despiertan las calles de Antilla y congregan a los curiosos en la Casa de la Cultura, donde hay un solar al que Andoba está a punto de llegar.
Hay que hacer silencio. Alfredo Herrera, el instructor de arte que dirige el montaje de la obra, es muy exigente; precisamente esa exigencia y entrega han hecho posible el éxito de estos actores tan singulares.
“La idea de crear el grupo- dice Alfredo- surgió en mis prácticas laborales, junto a Rosa Espinosa que era la presidenta de la Asociación Cubana de Limitados Físicos y Motores (ACLIFIM) en ese momento en el municipio. Queríamos integrar a los actores de Retorno a las Tablas, el grupo de la ACLIFIM, con el nuestro, Renacer. Decidimos adoptar los dos nombres, porque de algún modo este retorno a las tablas ha sido un renacer para muchos.”
Raúl Consuegra, actor del grupo y vicepresidente de educación- cultura de la ACLIFIM en Antilla agregó que “este proyecto ha permitido la incorporación de los discapacitados a la sociedad, una de las prioridades de nuestra revolución. Estamos agradecidos por esta oportunidad de hacer algo que nos gusta. Por otro lado no podemos olvidar que la ACLIFIM en Antilla ha tenido un trabajo sostenido en el teatro, que ha dado premios y experiencias a nuestros actores.”
48 son los histriones que conforman esta tropa, entre niños, jóvenes y adultos mayores. “Al inicio –comenta Alfredo- eran solo instructores de arte, luego se nos unieron otros muchachos y personas de la comunidad. Creo que hemos contribuido a incrementar el interés de los pobladores por el arte y eso nos alegra muchísimo. Nos ha servido incluso para fomentar la reincorporación al estudio, o al trabajo, de los interesados en pertenecer al grupo. Aquí hay actores a los que se les exigió estudiar para que continuaran con nosotros, hay que ganárselo.”
Andoba, del dramaturgo cubano Abraham Rodríguez, fue la obra escogida para el comienzo del repertorio de estos teatreros, quienes a pesar del rigor de la puesta en escena y de la formación autodidacta de casi todos los integrantes; supieron asumirla con dignidad.
“Andoba ya fue estrenada en Holguín, Gibara y Antilla. También la filmamos en uno de los solares del municipio. Y la volvimos a presentar durante la Jornada por el día de la cultura nacional, con bastante aceptación del público”- apunta Herrera.
Otro toque de tambor anuncia un cambio de acto, esta vez en nuestra conversación. “Una película hecha en Antilla.”
Así se refieren algunos pobladores al estreno que exhibió la sala de cine de esa localidad durante los tres primeros días del mes de septiembre. Y en realidad no se trata de una película, sino de un teleplay, El lado oculto de la vida, realizado por los miembros del grupo Retorno...
“El guión se hizo basado en una idea mía- cuenta Alfredo- pero es también una creación colectiva. Relata la historia de Manolo, un hombre que debe enfrentarse a las adversidades de la vida y que no siempre lo hace de la mejor manera. El público llenó el cine los tres días, por lo que nos sentimos satisfechos.”
Experimentación bien pudiera ser la palabra que defina el quehacer de todas estas personas, o tal vez no; muchas otras palabras convendrían mejor al empeño que han puesto en derribar las barreras impuestas por las carencias y la falta de creatividad.
“Ninguno de los participantes, tanto en la parte de producción, fotografía, dirección y actores, son profesionales. Todos son improvisados. Los maquillistas, asistentes, escenógrafos; todos tuvieron que estudiar mucho para poder hacerlo.
“Hemos tenido que tocar muchas puertas. Los recursos los pusimos nosotros mismos. El pueblo en general nos ayudó en todo, por amor al municipio. Nos prestaron sus casas e incluso nos daban merienda. También contamos con el apoyo del director del Sectorial de Cultura, Carlos Rivero y, gracias a la aceptación que tuvo el resultado final, la Secretaria del Partido nos ofreció apoyo para próximos proyectos.”
Se espera que El lado oculto… participe en la próxima edición del Festival de Cine Pobre de Gibara. Pero este no es el único proyecto que tienen; en el futuro, además de seguir montando obras de teatro para el público antillano, pretenden realizar su segundo teleplay.
“Esto no tiene para cuándo acabar- dice Alfredo. Nunca hemos perdido la esperanza, ni las ganas de seguir adelante.”

martes 17 de octubre

América ama a Holguín. Viene a esta ciudad cada año a pasar unas vacaciones que no sabemos si son de primavera u otoño, pero que llenan el aire con el olor del mar y los tiempos más remotos.
Es divertido, porque también España y Portugal vienen. América creció a la sombra de ellas y ahora que ya es una mujer y toma sus propias decisiones disfruta mostrando sus galas indias, negras, mestizas; dejándose contagiar con ritmos gitanos, poetas gallegos y la cadencia portuguesa al hablar.
Octubre se vuelve cómplice de los versos que se escapan y juegan en el parque a la rueda con las notas musicales de tantos instrumentos; de los señores serios que nos cuentan de cómo América creció, o de cómo España se ha ido poniendo un tanto viejita. No faltan las travesuras de los duendes que salen de todas partes, no importa si es un tejido, una pintura o la bisutería de alguna mujer de cara redonda y trigueña; Holguín está a merced de la magia de un encuentro que se produce para que la ciudad ame mucho más a una América que es cada día más hermosa y rebelde.
Y la ciudad la ama sin dudas. La recibe siempre engalanada. Yergue el pecho porque siente orgullo de que tan hermosas mujeres hagan de ella una fiesta. Y la ciudad canta, y la música es como el sonido de los ríos que brotan en el corazón de la América que viene a la ciudad, a pasar sus vacaciones, como cada año.

viernes 6 de octubre

No existen las fechas. Hay dolores que no pasan nunca y por tanto no entienden de días, o meses o años. Dolores y golpes como del odio de Dios diría el peruano César Vallejo, los cubanos sabemos que se trata del odio de los hombres.

Y a pesar del dolor no odiamos, ni pedimos venganza. No hay venganza que pueda regresar de la muerte a los hijos de las madres, a los amantes, a los padres que se fueron sin poder dar el abrazo a sus pequeños, o a los hermanos y los amigos. Solo el amor y el recuerdo los traen de vuelta, por un segundo, como en un sueño.

En nosotros vive el deseo de que acabe ese odio. Porque la misma miseria humana que hace a algunos limitar los medicamentos y la comida para sus semejantes, fue la que hizo que explotaran los aviones. Qué importa si estallaron sobre el mar, como en Barbados, o sobre un edificio lleno de gente, como en New York. Da igual, porque es el odio el que sirve de coraza protectora a los verdaderos culpables, el odio y la ambición y el egoísmo.

No existen las fechas. Para quienes sentimos como en carne propia las lágrimas que aún se derraman, cada día es recordatorio; cada día es la esperanza de que, finalmente, vuelva a reinar el amor.

lunes 2 de octubre

Llueve sobre la ciudad de Holguín y pareciera que se lava el cansancio de tantos días de esfuerzo.
No hay nada como la lluvia para una ciudad que ha padecido la sed.
A pesar de todo las calles no están quietas. Se sienten sobre ella los pasos de aquellos que esperan, de los que aguardan tras las paredes el momento de salir a buscar nuevas historias, a revivir algunas viejas, o simplemente a continuar escribiendo aquella cotidiana de la que son parte.
La ciudad no está tranquila. Y en un lugar de su geografía algunos personajes de ropas negras intentan confundirse con los vampiros, consiguen un lugar para reunirse con otros personajes de aretes y huecos en todo el cuerpo. Elevan al infinito su voz para que los demás escuchen, que sepan que existen y comparten la misma ciudad, en la que hoy llueve.