Thursday, February 15, 2007

miércoles 14 de febrero

De un tirón la ciudad se volvió pequeña (mucho más). Tal vez todas las ciudades del mundo ayer fueron más pequeñas de los que siempre han sido.

En Holguín no quedó un solo sitio vacío. Incluso aquellos lugares que bostezan cada día de la semana, ayer vistieron sus mejores trajes, espantaron las moscas y quitaron las telas de arañas.

Las parejas salieron a las calles como atraídas por hilos invisibles. Surgieron de las piedras, del polvo mismo de la ciudad, para habitar el tiempo, para llenar el aire de un olor dulce.

Después de eso ya nadie tiene rostro, ya no hay colores ni edades; y no queda más remedio que sucumbir al embrujo, y viajar hacia adentro, a reencontrarse con los miedos y los fantasmas; y asumir el reto de la soledad, o de la aún más difícil compañía.