Thursday, September 04, 2008

jueves 4 de septiembre

No creo que haya un solo cubano que no se haya conmovido con las imágenes del desastre que dejó en la Isla de la Juventud y en Pinar del Río el huracán Gustav. La muestra evidente de ello han sido las muchas manos solidarias que se han extendido para aquellos que lo han perdido casi todo. Manos que no solo abrieron puertas cuando más fuerte azotaba el viento, sino que ahora se juntan para reconstruir.

Linieros de todo el país, soldados y oficiales de nuestro pueblo uniformado, desde los primeros momentos estuvieron allí trabajando a brazo partido. Los artistas fueron a mitigar el dolor con su hacer y a trabajar junto a nuestros hermanos. Desde numerosas partes de nuestra geografía se organizan iniciativas como la que sugirió una amiga esta mañana por correo electrónico, hacer una valija que contenga artículos de todo tipo. Cada quien se dispone, no a dar lo que le sobra, sino a compartir lo que tiene, así ha sido siempre en Cuba, pues como dijera Fidel, la solidaridad es nuestro mayor recurso.

También por eso, muchos países del mundo, incluyendo naciones pobres a las cuales tampoco les sobra nada, han manifestado su deseo de colaborar, de brindar su ayuda, por modesta que esta sea. Ha sido el amor que se ha sembrado durante años y que ahora, ante la tragedia, vuelve magnificado. Amor con amor se paga decía el Maestro y no puedo pensar en otra cosa al oír las declaraciones de los presidentes de Nicaragua, Timor Leste, Rusia, Venezuela, Colombia, de embajadores y autoridades de muchas otras regiones.

Cierto es que Gustav ha cambiado las cosas, no podremos ser los mismos, no solo en las tierras dañadas por el viento y la lluvia, ya no seremos los mismos en ninguna parte de esta nación que siente con un solo corazón. Pero a pesar del golpe, a contrapelo de lo mucho que habrá que esforzarse y sacrificarse para salir adelante, reconforta el no saberse solo, el que haya un hombro siempre a nuestro lado y una familia inmensa, unida, más allá de nuestras tierras, por los fuertes lazos de la Revolución cubana.

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